El 22 de septiembre de 2021, los líderes que participaron en una cumbre virtual sobre el covid-19, organizada para coincidir con la Asamblea General de las Naciones Unidas, se comprometieron a movilizar millones de dosis de vacunas covid-19 y miles de millones de dólares para “reconstruir mejor”, pero estas promesas no lograron abordar cuestiones básicas para satisfacer las necesidades globales, dijo hoy Human Rights Watch.
Al centrarse más en la redistribución de los suministros existentes en lugar de en cómo permitir que las fábricas de todo el mundo produzcan rápidamente vacunas covid-19 y los productos relacionados que se necesitan más desesperadamente, los gobiernos que participaron en la cumbre perdieron la oportunidad de tomar las medidas transformadoras que se necesitan con urgencia para vencer la pandemia y prepararse para futuras amenazas.
“Compartir las dosis es útil, pero los países ricos no pueden salir de esta crisis solo con las donaciones, porque simplemente no hay suficientes vacunas para todos”, dijo Akshaya Kumar, director de promoción para situaciones de crisis de Human Rights Watch. “Si no solucionamos el problema de la oferta, estaremos atrapados empujando esta roca cuesta arriba solo para ver cómo se derrumba una vez más”.
EE UU trató de obtener el apoyo para un conjunto de objetivos concretos que estableció junto con el Grupo de Trabajo de Líderes Multilaterales sobre covid-19. Pero excluyó de la lista acciones que promueve como necesarias para abordar la pandemia, incluyendo los centros de transferencia de tecnología, los bancos de acceso a la tecnología y el compartir la propiedad intelectual.
La administración Biden se ha comprometido a organizar reuniones multilaterales adicionales para monitorear el cumplimiento de los objetivos, a finales de este año y a principios de 2022. El seguimiento es importante ya que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo el 15% de las donaciones de vacunas prometidas hasta la fecha se han “materializado”. Con el anuncio durante la cumbre que el gobierno de EE UU donaría 500 millones más de dosis de vacunas a países de bajos ingresos, la administración de Biden se comprometió a donar 1.100 millones de dosis de vacunas covid-19 antes de septiembre de 2022, y la mayor parte de esas donaciones están programadas para el próximo año. Hasta ahora, el gobierno de EE UU dice que ha enviado 160 millones de dosis de vacunas al extranjero.
Biden, en sus comentarios durante la cumbre, destacó el apoyo financiero de EE UU para la fabricación de vacunas en India y Sudáfrica, un tema que se incluye entre los objetivos de la cumbre. Una hoja informativa publicada después de la cumbre recordó el apoyo financiero que ha invertido la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de EE UU (US International Development Finance Corporation) en los fabricantes de “África y la India, afirmando que en 2022 esas instalaciones producirían hasta 2.000 millones de dosis de vacunas para los países en desarrollo”.
En junio, la OMS y Covax anunciaron un centro de transferencia de la tecnología de vacunas covid de ARNm, que se establecerá en Sudáfrica. En 2020, la OMS creó un grupo de acceso a la tecnología covid-19. Ambos esfuerzos pretenden ampliar la fabricación de vacunas a nivel mundial, pero siguen obstaculizados por la falta de participación de los gobiernos ricos y las empresas que poseen la propiedad intelectual necesaria para fabricar la vacuna covid-19 y los productos relacionados, dijo Human Rights Watch. Sin embargo, el documento que establece los objetivos globales no identificó a los bancos de acceso a la tecnología o a los centros de transferencia tecnológica como objetivos operativos clave para lograr ampliar la fabricación en diferentes partes del mundo.
En las próximas semanas, los gobiernos ricos, especialmente los de EE UU, Alemania, Australia, Japón, el Reino Unido y la Unión Europea, a la vez que cumplen sus compromisos con los objetivos acordados en la cumbre, deberían impulsar inmediatamente la financiación de los esfuerzos para ampliar la fabricación global y la distribución de los productos para la salud que se necesitan para luchar contra el covid-19. Después de la cumbre, EE UU y la Comisión Europea hicieron pública una declaración para lanzar un “grupo de trabajo” sobre las cadenas de suministro y fabricación de productos covid-19, que incluye el compromiso de coordinar iniciativas para impulsar la producción mundial de vacunas y terapias. Deberían entablar negociaciones urgentes en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para renunciar a algunas normas de propiedad intelectual, que están impidiendo que posibles productores contribuyan al esfuerzo global por aumentar los suministros, dijo Human Rights Watch.
La OMS está pidiendo a los gobiernos que se movilicen para garantizar que al menos el 40% de la población mundial esté vacunada antes de fin de año, con una meta del 10% para fines de septiembre. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los países de altos ingresos han cubierto aproximadamente el 60% de su población, mientras que los países más pobres del mundo han cubierto solo el 3%, una brecha de cobertura 20 veces superior en los países de altos ingresos.
Muchas de las vacunas de Covax son de AstraZeneca, que a su vez ha contado con un solo socio de fabricación en India, el Serum Institute. Cuando India empezó a enfrenatarse con un gran aumento de muertes e infecciones durante la segunda ola de covid-19, el gobierno indio detuvo todas las exportaciones de vacunas para poder hacer frente a la creciente crisis de salud pública en el país. Human Rights Watch y otros han instado a Covax a mejorar la transparencia y publicar los contratos y precios de adquisición. Si bien Covax ha dicho que está “trabajando con fabricantes comprometidos con ofrecer precios con un beneficio mínimo”, aún no ha publicado los detalles sobre los precios de adquisición y los beneficios que se incluyen en sus acuerdos con las empresas que desarrollan y fabrican vacunas. El 20 de septiembre, India anunció que reanudaría las exportaciones de las vacunas producidas en el país en octubre, lo que el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, calificó como un “avance importante para alcanzar el objetivo de vacunación del 40% en todos los países para fines de año”. Esto no desplaza la responsabilidad de otros países que han financiado la investigación y el desarrollo de vacunas para supervisar las concesiones de licencias y ampliar los lugares de fabricación de vacunas.
En mayo, EE UU señaló que apoyaría las negociaciones sobre el texto de una propuesta para renunciar a algunos derechos de propiedad intelectual en el Consejo de los ADPIC de la OMC. Pero la Comisión Europea, Suiza y varios otros gobiernos de altos ingresos, han paralizado y bloqueado constantemente los esfuerzos para adoptar la exención. Las negociaciones se reanudaron el 14 de septiembre en Ginebra, pero aún no han empezado las negociaciones basadas en textos.
En la Cumbre, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y el primer ministro de India, Narendra Modi, se refirieron a los esfuerzos de sus gobiernos para garantizar una exención de los ADPIC, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, mencionó la importancia de resolver los problemas de propiedad intelectual en la OMC y la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern expresó el apoyo de su gobierno a la exención, pero el presidente Biden no mencionó el tema. Una declaración emitida por la Casa Blanca después de la cumbre declaró que “EE UU apoya una exención de las protecciones de propiedad intelectual en el Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC para las vacunas covid-19, para así poner fin a esta pandemia”. La propuesta de exención que actualmente están presentando India y Sudáfrica cubriría una variedad de productos médicos relacionados con el covid-19, no solo vacunas.
La propia Asamblea General se caracterizó por las disputas en torno al acceso global desigual a las vacunas covid-19, ya que la ciudad de Nueva York quería obligar a que todos los presentes en el Salón de la Asamblea General principal, que se considera como un centro de convenciones, estuvieran vacunados. En la práctica, la adherencia al mandato se quedó en un “sistema de honor”. La ciudad de Nueva York ofreció pruebas gratuitas de covid-19 y una dosis única de la vacuna covid-19 a todos los delegados, a través de una clínica móvil colocada fuera del edificio principal de la Asamblea General.
“Si bien los líderes mundiales y sus delegaciones tuvieron la oportunidad de beneficiarse del abundante suministro de vacunas covid-19 en EE UU, la cumbre que organizó la administración Biden perdió la oportunidad de ofrecer lo mismo a los residentes en los países de los delegados”, dijo Kumar. “Los líderes deberían haber aprovechado este momento para invertir en el desarrollo de un futuro resistente a las pandemias para todos”.