Las máquinas que fabrican un tipo de píldora a menudo tienen rastros de otras, es un problema muy grave que puede poner en peligro los sueños olímpicos.
Brady Ellison, un estadounidense que ha sido tres veces medallista olímpico en tiro con arco, va por una medalla de oro en Tokio, aunque casi fue descalificado. Las píldoras que toma para un problema de la tiroides contenían rastros de un medicamento prohibido por las autoridades antidopaje. “No tenía ni idea”, dice Ellison, de 32 años.
Pocos tienen acceso a los exámenes que se utilizan en los Juegos Olímpicos para detectar el consumo de sustancias, pero muchos se encontrarían en una situación similar si lo hicieran. La industria de un billón de dólares de medicamentos venta con receta tiene un problema del que no le gusta hablar, y que no comprende del todo. Los fabricantes sellan las píldoras para un problema determinado en las mismas máquinas que usan para sellar píldoras para otro problema diferente, y aunque se supone que deben limpiar muy bien las maquinas entre las rondas de producción, la contaminación por residuos es frecuente y, algunos afirman, inevitable.
Los inspectores actuales y previos de la FDA, que quisieron permanecer anónimos, dicen que el alcance de la contaminación no está claro, porque en gran medida las empresas se autocontrolan, los trabajadores se vuelven descuidados y los supervisores son laxos. Se debe hacer más, dicen, pero cuánto y a qué costo es un tema muy debatible. Las píldoras de Ellison contenían un diurético, que los funcionarios de los Juegos Olímpicos prohíben porque se puede usar para eliminar, y por lo tanto ocultar, el consumo de sustancias ilegales. No le afectó, pero los inspectores dicen que su presencia señala un problema mayor.
“Me gustaría poder decir que todo es perfectamente seguro”, dice Jim Agalloco, un consultor de la industria que trabajó en la fabricación de productos farmacéuticos durante casi 20 años, incluso en Pfizer Inc.
En 2019, antes de la pandemia, la FDA reprendió públicamente a 21 empresas por contaminación cruzada. En muchos otros casos, los reguladores federales lo manejaron a puerta cerrada. Mylan NV estuvo entre los 21 que fueron regañados en público. Era uno de los mayores fabricantes de medicamentos genéricos hasta que el año pasado se fusionó con Upjohn de Pfizer para vender medicamentos de marca y genéricos, y recibió una carta de advertencia que expresaba preocupación por la contaminación cruzada en una planta de India. con un medicamento que contenía probables carcinógenos llamados nitrosaminas (https://www.fda.gov/inspections-compliance-enforcement-and-criminal-investigations/warning-letters/mylan-laboratories-limited-unit-8-589297-11052019).
A partir de 2018, se han tenido que retirar píldoras para la presión arterial en muchas partes del mundo porque estaban contaminadas con nitrosaminas, sustancias químicas cancerígenas que posteriormente también se encontraron en el medicamento para la diabetes, la metformina, el medicamento para la acidez estomacal Zantac y en la ranitidina, su genérico, así como en el medicamento para dejar de fumar de Pfizer, Chantix. Las píldoras para la presión arterial contaminadas ocuparon la página principal de este periódico en 2019, se trató de una noticia que relataba cómo ocurrió la contaminación y las fallas de la industria y de la FDA en encontrar los carcinógenos (https://www.bloomberg.com/news/features/2019-09-12/how-carcinogen-tainted-generic-drug-valsartan-got-past-the-fda). Mylan no había “limpiado el equipo ni los utensilios para evitar la contaminación o el arrastre del material”, dijo la FDA.
Mylan había recibido una advertencia similar en 2018, en relación con su fábrica de Morgantown en West Virginia, después de que una inspección lo llevara a retirar 2,5 millones de cápsulas de loxapina para la esquizofrenia. En 2020 recibió una carta sobre otra planta diferente en India. Esa advertencia incluyó una segunda infracción: no investigar a fondo cuando las pruebas de rutina muestran que un producto no cumple con los estándares estadounidenses para la contaminación cruzada o cualquier otra cosa.
Mylan, que tras la fusión se convirtió en Viatris Inc, dijo en un comunicado que la FDA había cerrado la carta de advertencia enviada en 2018, después de comprobar que se habían abordado las preocupaciones planteadas en la planta de West Virginia. Viatris también ha “implementado y completado planes integrales para abordar todos los puntos planteados en las cartas de advertencia” para las dos plantas de India, según el comunicado. “La protección de la salud del paciente, garantizando la calidad, la seguridad y el suministro de nuestros productos es esencial para la forma como operamos nuestra red de fabricación global, muy diversificada, con más de 40 plantas de fabricación ubicadas en todas partes del mundo”, agregó la compañía.
Parte de la dificultad es que se sabe muy poco sobre los peligros reales de la contaminación cruzada. La FDA determina cuándo inspeccionar los cientos de fábricas registradas para producir medicamentos en EE UU, en función de su cálculo del riesgo asociado con cada planta. Para Mylan, eso se ha hecho aproximadamente una vez al año, mientras que para otras fábricas pueden transcurrir varios años entre las inspecciones. La industria y sus reguladores creen que algo de contaminación es inevitable y aceptable, una opinión resumida por Robert Pollock de Lachman Consultants, ex subdirector interino de la Oficina de Medicamentos Genéricos de la FDA. “La situación está bien controlada”, dice. “Es imposible obtener cero contaminación cruzada”.
Ed Sargent, consultor de la industria que ya se ha jubilado y trabajó como toxicólogo senior en Merck Inc. durante 25 años, es menos optimista y dice que “ha visto cosas malas por ahí”. Cuando las pruebas de rutina revelan algo inapropiado en un medicamento, las empresas no analizan los productos para buscar residuos de los medicamentos fabricados previamente con el mismo equipo. En cambio, si las empresas dicen que sus protocolos de limpieza son rigurosos y no han registrado niveles elevados de residuos, descartan la necesidad de hacer pruebas de contaminación cruzada, dijeron los inspectores actuales y previos de la FDA. La agencia tampoco recolecta de forma rutinaria muestras de medicamentos para realizar pruebas cuando detecta señales de alerta.
Los análisis independientes, amplios, para detectar la contaminación cruzada son un desafío. Los analistas deben saber qué están buscando o, al menos, qué medicamentos se fabricaron con la misma maquinaria, y las empresas no dan a conocer lo que hacen en qué fábrica. La situación del olímpico Ellison era rara; la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos estaba buscando sustancias específicas.
Alrededor de 2003, se desarrolló un estándar para que la industria evaluara la contaminación cruzada y si ciertas cantidades eran riesgosas, según Sargent. La FDA obtuvo la opinión de la industria para establecer el estándar. Este estándar dice que las empresas deben realizar evaluaciones de riesgo de los medicamentos para determinar los niveles de exposición accidental aceptable. Se utiliza para establecer estándares para la limpieza de equipos. Si quedan demasiados residuos después de la inspección o prueba, se indica a las empresas que vuelvan a limpiar.
Se supone que los toxicólogos escriben los estándares, pero Sargent señaló que muchos medicamentos se fabrican en China e India, donde los costos y los estándares son más bajos. Estos también son países donde la FDA tiene menos alcance y, particularmente durante la pandemia, no han podido realizar muchas inspecciones.
La propia FDA ha adoptado posiciones contradictorias sobre las impurezas en los medicamentos. Cuando se detectaron por primera vez las nitrosaminas cancerígenas en 2018, se dijo que serían eliminadas de los medicamentos. Ahora, los químicos y toxicólogos de la FDA reconocen que es probable que la industria continúe fabricando medicamentos que contienen pequeñas cantidades de nitrosaminas, pero sus niveles no pueden estar por encima del exceso teórico que aumenta el riesgo de cáncer de 1 en 100.000.
También están cambiando otros aspectos de su estrategia. En una carta de advertencia enviada en junio a Lupin Ltd., con sede en India, después de una inspección de sus Laboratorios Novedosos en Nueva Jersey, la FDA pareció tomar medidas enérgicas respecto a los límites de contaminación permitidos. Los inspectores encontraron residuos de un medicamento fabricado previamente en una de las prensas de tabletas de la empresa, que los trabajadores habían registrado como limpios. Lupin respondió que la cantidad de residuos estaba por debajo de su límite máximo permitido.
“Eso no asegura que no haya ocurrido contaminación cruzada”, escribió la FDA, como si estuviera estableciendo un nuevo estándar sobre la marcha.
La agencia pidió a Lupin que analizara los medicamentos dirigidos al mercado de EE UU que se fabricaron en una prensa de tabletas y que hiciera una evaluación independiente de la “eficacia de la limpieza de la compañía para evaluar el alcance de los peligros de contaminación cruzada”, incluyendo si los productos farmacéuticos contaminados podrían haber sido distribuidos.
Lupin había recibido una advertencia similar en 2019 por una de sus fábricas en India. En ese momento, la compañía reconoció que no se siguieron sus procedimientos de limpieza y que sus controles posteriores a la limpieza fueron inadecuados, según la carta. (Lupin no respondió a una solicitud de comentarios).
“Nunca deben quedar residuos visibles de un medicamento anterior en las superficies de los equipos”, dice Jeremy Kahn, portavoz de la FDA. Si se deja algo visible y una empresa afirma que el remanente está por debajo de los límites permitidos, es probable que esos límites sean demasiado altos. “Los procedimientos y prácticas de limpieza deficientes también pueden resultar en una contaminación excesiva y no uniforme del siguiente medicamento”, dice.
En octubre pasado, Ellison estaba tomando un medicamento llamado levotiroxina que comercializa Alvogen, con sede en Nueva Jersey. Dio positivo porque aparecieron trazas de un diurético prohibido en los Juegos Olímpicos. Su abogado sugirió enviar su medicamento para ser analizado, y eso fue lo que le permitió evitar la descalificación. (Alvogen no respondió a una solicitud de comentarios).
La Agencia Antidopaje de EE UU dice que desde 2016, 32 atletas olímpicos y paralímpicos han estado a punto de ser eliminados por trazas de contaminación con sustancias prohibidas en los medicamentos, suplementos y alimentos. Nueve involucraron diuréticos que contaminaron otros medicamentos genéricos.
La agencia estadounidense ha estado trabajando para lograr que la Agencia Mundial Antidopaje flexibilice sus estándares para que los atletas no se enfrenten a una prohibición injusta que podría poner fin a su carrera. En mayo, el grupo internacional elevó el umbral de los diuréticos.
Teniendo en cuenta el problema, Ellison está agradecido por haber llegado a Tokio y dice: “Me lo podría haber perdido por algo tan estúpido”.