Este artículo aporta consejos prácticos para las organizaciones interesadas en crear un servicio de consulta sobre ética de la investigación. Un sistema de consulta riguroso puede servir para desarrollar capacidad entre los investigadores para identificar y considerar los problemas éticos que enfrentan al realizar su investigación. La determinación de si se debe establecer un servicio de consulta ética debe comenzar con una evaluación de las necesidades institucionales, y para ello hay que hacer tres preguntas clave:
¿Cuáles son los recursos actualmente disponibles para que los equipos de investigación resuelvan las preocupaciones éticas que surgen durante su investigación?
¿Hay demanda o se percibe la necesidad de requerir más recursos?
¿Existe apoyo institucional (financiero y de otro tipo) para establecer y mantener un servicio de consulta sobre temas éticos?
Si surge la decisión de establecer el servicio de consulta, se deben identificar los actores institucionales relevantes, hablar con ellos y contratar al personal con las habilidades necesarias. El siguiente paso es crear un servicio de consulta y establecer la infraestructura para procesar y responder a las solicitudes. La sustentabilidad a largo plazo de este servicio dependerá de que se pueda establecer una fuente estable de financiamiento y un mecanismo de retroalimentación constructivo para asegurar que el servicio satisface las necesidades institucionales que se propuso abordar.