Hay múltiples procesos e iniciativas globales en marcha que tienen como objetivo crear y mejorar la estrategia mundial de prevención, preparación y respuesta a futuras emergencias globales de salud. Entre estos, se encuentran las negociaciones de un Acuerdo sobre Pandemias, las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional y una reunión de alto nivel de la ONU sobre la prevención, preparación y respuesta a las pandemias.
La experiencia de MSF respondiendo a brotes de enfermedades infecciosas, epidemias y pandemias ha demostrado que, para que las iniciativas de prevención, preparación y respuesta sean eficaces, hay que abordar los factores estructurales que generan inequidad. En este documento de posición, analizamos los principios, mecanismos y acciones que pueden ayudar a lograr la equidad en cómo se desarrollan los productos médicos, dónde se producen, a qué precio se venden y quién accede primero a ellos.
En los últimos 50 años Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización médico-humanitaria internacional que presta atención médica a la gente durante situaciones de emergencia, ha intervenido en numerosos brotes de enfermedades infecciosas, epidemias y pandemias. Estas experiencias, que incluyen el brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) en África Occidental, entre 2014 y 2016, la epidemia de VIH en el África subsahariana en la década del 2000 y la pandemia de covid, entre muchas otras. han demostrado que el acceso a los productos médicos es crucial para lograr una respuesta eficaz ante las emergencias de salud. Al responder a estas crisis, MSF ha sido testigo en repetidas ocasiones de la falta de disponibilidad, asequibilidad y accesibilidad a productos médicos vitales de manera oportuna y suficiente, en particular para las comunidades más marginadas, las personas que viven en países en desarrollo y otros entornos con recursos limitados.
Basándonos en esta experiencia, afirmamos que las desigualdades detectadas durante la pandemia de covid son manifestaciones recurrentes de una injusticia sistémica de larga data y de fallos estructurales en el contexto de la salud mundial.
Estas injusticias y defectos incluyen, entre otros:
Abordar las desigualdades que afectan cómo se desarrollan los productos médicos, dónde se producen, a qué precio se venden y quién accede primero a ellos, exige que rompamos con el estatus quo. Para que los mecanismos de prevención, preparación y respuesta sean realmente equitativos, no podemos confiar en la buena voluntad de las empresas farmacéuticas y de los gobiernos de un pequeño grupo de países desarrollados. Si no abordamos los factores determinantes estructurales de la desigualdad, seguiremos debilitando la respuesta mundial ante las pandemias y los brotes de enfermedades infecciosas. Creemos que las siguientes consideraciones y recomendaciones pueden ayudar a garantizar un acceso equitativo y asequible a las herramientas médicas.
El documento desarrolla los siguientes puntos: