En general, en estos ensayos clínicos, el efecto sobre la presión intraocular del netarsudil en monoterapia pareció similar al del timolol o el latanoprost en monoterapia cuando la presión intraocular inicial era menor a 25 mmHg. En los pacientes con una presión intraocular inicial mayor, el netarsudil pareció ser menos eficaz que el timolol o el latanoprost, con una reducción de la presión intraocular promedio de aproximadamente 5 mmHg a 6 mmHg en los grupos netarsudil, versus 6 mmHg a 9 mmHg en los grupos timolol o latanoprost [2].
En comparación con otros medicamentos para disminuir la presión intraocular, tiene más efectos adversos y menos eficacia
No es aceptable
En monoterapia, el netarsudil parece ser menos eficaz para disminuir la presión intraocular que el timolol o el latanoprost, los antihipertensivos oculares de primera línea. En un ensayo clínico, la combinación de netarsudil + latanoprost no fue más eficaz que la combinación de timolol + bimatoprost. Los efectos adversos locales ocurrieron con más frecuencia con el netarsudil que con el timolol o el latanoprost, por lo que la interrupción del tratamiento fue más frecuente. Aunque se supone que estos medicamentos se deben usar durante años, a principios de 2024 no se disponía de datos de evaluaciones más allá del primer año.
RHOKIINSA – netarsudil en colirio
ROCLANDA – netarsudil + latanoprost en colirio
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La presión intraocular elevada es un factor de riesgo (frecuente, aunque no siempre está presente) para padecer glaucoma de ángulo abierto crónico, es decir, la atrofia del nervio óptico con pérdida progresiva del campo visual que puede culminar en la ceguera. Habitualmente, la hipertensión ocular se define como una presión intraocular superior a 21 mmHg [1].
Cuando la presión intraocular es demasiado alta, una primera opción es administrar colirios que contengan timolol, un betabloqueante. Una alternativa es usar colirios con latanoprost, el análogo de la prostaglandina F2 alfa: reducen la presión intraocular un poco más que el colirio con timolol, pero tienen más efectos adversos. En ocasiones, puede ser útil combinar timolol y latanoprost cuando se considera que la reducción de la presión intraocular lograda con la monoterapia es insuficiente. A veces también son beneficiosos otros medicamentos de uso ocular, como la dorzolamida, un inhibidor de la anhidrasa carbónica, o la brimonidina, un simpaticomimético [1].
¿Qué hay de nuevo?
El netarsudil es un inhibidor no selectivo de la Rho cinasa, una enzima que participa en un sistema complejo que actúa sobre las células de la malla trabecular. Uno de los efectos del netarsudil es que aumenta el flujo de salida del humor acuoso a través de la malla trabecular, y se afirma que eso reduce la presión intraocular. Sin embargo, dado que el netarsudil inhibe muchas proteínas, este efecto podría ser obra de otros mecanismos [2,3].
Los colirios que contienen netarsudil, solo o en combinación con latanoprost, han sido autorizados en la UE para reducir la presión intraocular en adultos con glaucoma de ángulo abierto crónico o hipertensión ocular.
No se evaluaron sus efectos sobre la función visual. Ninguno de los criterios de valoración de la eficacia que se seleccionaron para los ensayos clínicos del netarsudil, solo o en combinación con otros fármacos, evaluaron los efectos de estos tratamientos sobre la función visual, en particular sobre la pérdida del campo visual [3-6]. Los ensayos clínicos más importantes evaluaron principalmente la reducción promedio de la presión intraocular en el ojo más gravemente afectado, que se midió en diferentes instancias durante el tratamiento [2,4]. Sin embargo, no existe consenso sobre la presión intraocular ideal que se debe alcanzar para preservar el nervio óptico [1]. La duración máxima de estos ensayos clínicos fue de un año, a pesar de que se espera que el netarsudil se use durante varios años [2,4].
Este ensayo clínico excluyó a los pacientes con antecedentes de glaucoma de ángulo cerrado o de cirugía por glaucoma [2,3,5].
En monoterapia: es menos eficaz que el timolol o el latanoprost. El netarsudil en monoterapia se evaluó en tres ensayos clínicos versus timolol (en un total de 1.875 pacientes) y en un ensayo clínico versus latanoprost (224 pacientes) [2,3]. La mitad de los pacientes tenía más de 65 años. El objetivo de estos ensayos clínicos aleatorizados de doble ciego era demostrar que el netarsudil no es mucho menos eficaz que los controles (ensayos clínicos de “no inferioridad”) tras un mes de tratamiento, en el estudio que lo comparó con latanoprost, o tras tres meses de tratamiento en los estudios que lo compararon con timolol [2]. También se evaluó al netarsudil en monoterapia en otros dos ensayos clínicos aleatorizados de doble ciego que duraron tres meses: lo compararon con latanoprost en monoterapia y con la combinación de netarsudil + latanoprost (en un total de 1.468 pacientes) [4,5]. Del 66% al 75% de los pacientes en estos diferentes ensayos clínicos tenían glaucoma crónico. Los demás pacientes tenían hipertensión ocular sin glaucoma [2-4].
En general, en estos ensayos clínicos, el efecto sobre la presión intraocular del netarsudil en monoterapia pareció similar al del timolol o el latanoprost en monoterapia cuando la presión intraocular inicial era menor a 25 mmHg. En los pacientes con una presión intraocular inicial mayor, el netarsudil pareció ser menos eficaz que el timolol o el latanoprost, con una reducción de la presión intraocular promedio de aproximadamente 5 mmHg a 6 mmHg en los grupos netarsudil, versus 6 mmHg a 9 mmHg en los grupos timolol o latanoprost [2].
En combinación con latanoprost: no es mejor que la combinación de timolol + bimatoprost. Otro ensayo clínico aleatorizado de doble ciego comparó al netarsudil + latanoprost con el timolol + bimatoprost (otro análogo de la prostaglandina F2 alfa). Incluyó a 430 pacientes, de los cuales dos tercios tenía 65 años o más. El 55% de los pacientes tenía glaucoma crónico. Los demás tenían hipertensión ocular sin glaucoma. La presión intraocular sin tratamiento era de 20,5 mmHg en promedio (una presión media moderadamente elevada). Según un análisis que se realizó después de tres meses de tratamiento, la reducción de la presión intraocular fue similar en los dos grupos [4].
En los dos ensayos clínicos que evaluaron la combinación de netarsudil + latanoprost comparándola con cada fármaco por separado, la reducción de la presión intraocular promedio fue de aproximadamente 8 mmHg con la combinación, versus 5 mmHg a 7 mmHg con netarsudil o latanoprost en monoterapia (p<0,0001) [4,5].
Más efectos adversos oculares que con timolol o latanoprost. En los ensayos clínicos del netarsudil en monoterapia, del 15% al 19% de los pacientes en los grupos netarsudil suspendieron el tratamiento debido a un evento adverso, por lo general un evento ocular, frente al 2% en los grupos timolol o latanoprost [2,5].
En los ensayos clínicos que lo compararon con el timolol, los principales eventos adversos fueron los siguientes: hiperemia conjuntival (se notificó en el 54% de los pacientes versus el 10%), córnea verticilata (pequeños depósitos corneales) después de varias semanas de tratamiento (21% versus 0,2%), hemorragia conjuntival (17% versus 2%), visión borrosa (7% versus 1%), disminución de la agudeza visual (5% versus 1%), y eritema y prurito, que afectaron especialmente a los párpados [2,5,6]. También se notificaron pigmentación corneal (7%) —probablemente porque el netarsudil se une a la melanina— y algunos casos de erosión corneal, un efecto adverso que también se observó en estudios con animales. Se desconocen las consecuencias clínicas de los depósitos y la pigmentación corneal, sobre todo a largo plazo [2,5,6].
También se notificaron trastornos oculares con más frecuencia en los grupos netarsudil que en los grupos latanoprost, por ejemplo: hiperemia conjuntival (47% versus 22%), cornea verticilata (12% versus 0 casos), hemorragia conjuntival (15% versus 1%), dolor en el lugar de la instilación (17% versus 7%) y disminución de la agudeza visual (4% versus 2%) [5].
Los pacientes que reciban netarsudil combinado con latanoprost se expondrán a los efectos adversos de ambos [7]. En el ensayo clínico que los comparó con la combinación de timolol + bimatoprost, fueron más los pacientes que experimentaron eventos adversos en el grupo netarsudil + latanoprost, a pesar de que el bimatoprost parece tener un perfil de efectos adversos más complicado que el latanoprost: en general, fue del 70% con netarsudil + latanoprost, versus el 52% con timolol + bimatoprost; y del 60% versus el 30% para los eventos adversos oculares [4,8].
Se atribuyeron algunos casos de dermatitis alérgica o de contacto al netarsudil o a la combinación de netarsudil + latanoprost [2]. Los datos in vitro sugieren que el netarsudil es fototóxico ante la exposición a la luz UVB. Se desconocen las posibles consecuencias clínicas de su uso a largo plazo, sobre todo para los ojos [2,6].
No se descarta la absorción sistémica. El grado de absorción sistémica de los medicamentos que se administran en colirios puede variar dependiendo de las condiciones del uso, y puede provocar efectos adversos en otros lugares del cuerpo [2]. Se desconocen las posibles consecuencias clínicas de la absorción sistémica del netarsudil, por ejemplo, a largo plazo o durante el embarazo [6].
Los estudios en animales mostraron que la administración intravenosa de netarsudil causó vasodilatación, junto con un descenso de la presión arterial. La administración a hembras embarazadas no afectó la evolución del embarazo [6].
Contiene cloruro de benzalconio como conservante. Los colirios con netarsudil y netarsudil + latanoprost se comercializan en envases multidosis y contienen cloruro de benzalconio como conservante. Este excipiente conlleva un riesgo de efectos adversos oculares y puede provocar reacciones alérgicas. En concentraciones altas o cuando la administración es prolongada, altera la película lagrimal y provoca trastornos de la córnea, a saber: queratitis, úlceras y cicatrices en el eje visual [1,6,7,9].
En la práctica
Cuando se usa solo o en combinación con latanoprost, el netarsudil expone a los pacientes con glaucoma de ángulo abierto o hipertensión ocular a un riesgo mayor de padecer efectos adversos en comparación con los antihipertensivos oculares de referencia, pero no ofrece una eficacia mayor. Los colirios con fármacos que se han usado durante más tiempo siguen siendo opciones mejores.
Búsqueda de la literatura hasta el 8 de febrero de 2024
En respuesta a nuestra solicitud de información, Santen nos envió un vínculo para acceder a la opinión publicada en línea por la Autoridad de Salud de Francia (HAS).