Nada nuevo
En un ensayo clínico aleatorizado controlado con placebo que duró 68 semanas e incluyó a 201 adolescentes, la semaglutida redujo considerablemente el peso y el índice de masa corporal (IMC) de la mayoría de los pacientes, a costa de efectos adversos que a menudo fueron molestos. Se desconocen los efectos a largo plazo de comenzar el tratamiento con semaglutida durante la adolescencia. En esta población, se debe prestar especial atención al riesgo de efectos adversos relacionados con la salud mental.
WEGOVY – semaglutida en solución para inyección subcutánea
Novo Nordisk
En una persona con obesidad, la estrategia principal para lograr perder peso es un enfoque integral que incluya medidas dietéticas apropiadas, actividad física regular y asesoramiento personalizado [1-3].
La semaglutida es un agonista de GLP-1 que, cuando se administra por vía subcutánea, ha mostrado que reduce el peso de algunos adultos obesos [2]. El ensayo clínico “Select” incluyó a aproximadamente 17.600 adultos obesos con cardiopatía coronaria u otra enfermedad cardiovascular. Tras un promedio de 3,3, años, la incidencia de infarto del miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por causas cardiovasculares fue menor en el grupo semaglutida que en el grupo placebo (6,5% versus el 8%, p<0,001) pero no se demostró que reduzca la mortalidad por causas cardiovasculares o por todas las causas. Los efectos adversos de la semaglutida provocaron que alrededor de un 17% de los pacientes interrumpieran el tratamiento, y aproximadamente un 25% de los pacientes que recibieron semaglutida durante el estudio usaron una dosis más baja que la planificada al inicio [2].
Recientemente, se autorizó el uso de semaglutida por vía subcutánea para tratar a adolescentes obesos de 12 años y mayores [4].
Un ensayo clínico con 201 adolescentes. Este permiso de comercialización se basa principalmente en un ensayo clínico aleatorizado, de doble ciego y controlado con placebo que incluyó a 201 adolescentes (aproximadamente dos tercios eran mujeres) de 12 años y mayores [3]. De ellos, 200 eran obesos (IMC mayor o igual al percentil 95 para su edad y sexo), y solo uno tenía sobrepeso (IMC mayor o igual al percentil 85) y una comorbilidad relacionada con el peso. Se excluyó del estudio a los adolescentes con señales de depresión o pensamientos o comportamientos suicidas [3]. Se proporcionó asesoramiento sobre la dieta y la actividad física para perder peso durante todo el ensayo clínico [3].
No hay una evaluación comparativa después de las 68 semanas. El cambio promedio del IMC entre el valor inicial y el registrado a las 68 semanas (el criterio principal de valoración, según el protocolo) fue de -16,1% en el grupo semaglutida, versus +0,6% en el grupo placebo. La diferencia entre los grupos es estadísticamente significativa (p<0,0001), pero oculta un conjunto de resultados a nivel individual: en el grupo semaglutida, no se logró reducir el IMC deaproximadamente un 10% de los adolescentes. Alrededor de un 72% de los adolescentes en el grupo semaglutida perdió al menos un 5% de su peso, versus el 18% en el grupo placebo (p<0,0001) [3].
Este ensayo clínico no aportó datos de evaluaciones comparativas después de la semana 68. A mediados de 2024, no se ha demostrado que la semaglutida tenga eficacia alguna frente a las complicaciones clínicas del exceso de peso en los adolescentes.
La dosis se redujo debido a un evento adverso en aproximadamente un 12% de los participantes en el grupo semaglutida, versus el 1,5% en el grupo placebo [3]. En este estudio, no se notificaron efectos adversos previamente desconocidos de la semaglutida. Se atribuyó un caso de depresión grave a la semaglutida, versus ninguno en el grupo placebo [3].
En estudios con animales, la semaglutida fue teratogénica, pero no genotóxica. Dado que su semivida de eliminación plasmática es de aproximadamente una semana, lo prudente es usar anticonceptivos eficaces durante al menos dos meses después de interrumpir la semaglutida [4].
En la práctica, a mediados de 2024, se disponía de pocos datos de evaluaciones comparativas sobre el uso de semaglutida en adolescentes obesos. Se desconocen los efectos a largo plazo de iniciar el tratamiento durante la adolescencia. Los escasos resultados obtenidos en adultos con enfermedades cardiovasculares (en el ensayo clínico Select) no se pueden extrapolar a los adolescentes que no padecen enfermedades cardiovasculares. Cuando parece necesario ayudar a un adolescente a bajar de peso, la primera estrategia debe ser un enfoque integral que no incluya medicamentos.
Revisión de la literatura hasta el 15 de febrero de 2024
En respuesta a nuestra solicitud de información, Novo Nordisk nos proveyó información administrativa y una publicación científica.