Comunicaciones
Desafíos y oportunidades para la mejora del acceso a medicamentos en Centro-América
André Medici (Economista de Salud del Banco Mundial)
Los países centroamericanos se encuentran en una situación bastante heterogénea en cuanto al acceso a los medicamentos esenciales. Según el informe del PNUD de 2004 [1], Honduras y Nicaragua tenían menos de un 49% de acceso, El Salvador, Belice y Panamá entre 80% y 94%, mientras Costa Rica entre 95% y 100%. Aunque es necesario hacer estudios más detallados es evidente que hay una fuerte inequidad en el acceso a medicamentos, no solamente entre los países, sino también dentro de cada país centroamericano en cuanto al acceso a medicamentos.
Dichas desigualdades podrían ser minimizadas si los países de Centroamérica lograsen tener una mayor integración y complementariedad en sus políticas de producción, adecuación, acceso y distribución de medicamentos, removiendo para tal fin las barreras comerciales, tecnológicas e institucionales que impiden la optimización de los recursos gastados por cada uno de los países de la región en el acceso a medicamentos esenciales.
En los últimos años han aumentado los desafíos de los países centroamericanos en acceder y suministrar medicamentos esenciales de calidad y en proveer su uso racional. Dichos desafíos han sido provocados básicamente:
a) Por el crecimiento no planeado de la capacidad de producción local para un conjunto de medicamentos que no necesariamente satisfacen los perfiles epidemiológicos ni las necesidades de los países de la región;
b) Por el agotamiento de la capacidad para hacer pruebas de medicamentos importados y nacionales (bioequivalencia y biodisponibilidad) dada la limitada (y regionalmente concentrada) capacidad instalada en los laboratorios en la región, lo que lleva a que muchos países tengan que utilizar laboratorios fuera de la regional para cumplir con estas finalidades, resultando en colas de espera, muchas veces de más de dos años para que un medicamento reciba su licencia de comercialización. Como consecuencia, aumenta la importación clandestina de medicamentos, muchas veces sin prescripción médica, aumentado los riesgos de la población que los utiliza. Contribuye aún a este problema el hecho de que los laboratorios regionales se concentran en pocos países y no ha habido una política regional de facilitar su utilización por todos los países que integran la región;
c) Por los nuevos tratados de libre comercio que, sin una planificación estratégica integrada de los gobiernos, podrán llevar a procesos de adquisición ineficientes, a precios no competitivos y a la utilización de proveedores poco confiables que no cumplen con los estándares internacionales de calidad;
d) Por la mala administración pública de los procesos de selección, adquisición, almacenamiento, distribución y uso de los medicamentos, llevando a una baja transparencia y a malos resultados en las políticas de abastecimiento, suministro y en los resultados terapéuticos en los establecimientos públicos de salud que son utilizados por los grupos más pobres de la población.
Como resultado de estas políticas los grupos de más bajos ingresos en Centroamérica tienen que pagar de su propio bolsillo para adquirir medicamentos de calidad y eficacia dudosa, sobre la base de auto-prescripción, lo que muchas veces lleva a resultados aún más negativos en los tratamientos. Los gastos de bolsillo en los países de la región, en 2005 [2], presentaban proporciones exageradamente altas en países como Guatemala (57%), Honduras (43%) y El Salvador (42%) alcanzando proporciones bien más bajas en países como Panamá (25%), Costa Rica (19%) y Nicaragua (13%). Como buena parte de los gastos de bolsillo en salud son para la compra de medicamentos (alrededor de 60%-70% en los grupos de menor ingreso), es fundamental que se garantice un suministro a precio, calidad y prescripción adecuados.
Además, la actual crisis derivada del aumento de los precios de la energía y alimentos podrá reducir los recursos disponibles para gastos en medicamentos de las familias, estableciendo motivos todavía más relevantes para aumentar los instrumentos de regulación de precio, calidad y distribución de medicamentos a los más pobres y, eventualmente, políticas de subsidio al sector.
Pese a todas estas dificultades, existen algunas oportunidades que podrían ser mejor exploradas para lograr mayor eficiencia, equidad y calidad en el proceso de regulación, adquisición, distribución y suministro de medicamentos. El inicio del proceso de Unión Aduanera entre los países miembros del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) y la entrada en vigencia del Tratado de Cooperación Comercial Centroamericano y de la República Dominicana (DR-CAFTA) podrán generar las condiciones básicas para la unificación de procesos reguladores, remoción de barreras comerciales y utilización común de infraestructura, como los laboratorios de control de calidad de los medicamentos. Además, se podrán producir economías de escala en la producción de medicamentos genéricos para atender las necesidades regionales.
En lo que se refiere a la regulación
, se podrán desarrollar políticas y estándares regionales que promuevan la mejora de la calidad, fortalezcan los procesos de vigilancia medicamentosa, y al mismo tiempo promuevan la reducción del tiempo de validación de nuevos medicamentos para el uso en el mercado, a través de pruebas y ensayos clínicos más eficientes.
En lo que se refiere a la comercialización
, los países podrán beneficiarse de las economías de escala producto del aumento de la libre circulación de los productos, a través de procesos simplificados para compra conjunta de medicamentos que involucren más de un país con efectos en la reducción de los costos, el cumplimiento de los estándares internacionales y la garantía de mejor calidad.
En lo que se refiere al suministro
, los países podrán beneficiarse de la elaboración y concertación regional de protocolos clínicos que garanticen la dispensación adecuada de medicamentos, así como de capacitación de personal para su adecuado suministro en los servicios de salud o en las farmacias.
Desde el 2006, los Ministerios de Salud de Centroamérica vienen acordando políticas conjuntas que avancen en la mejora de los procesos de adquisición, control de calidad y suministro de medicamentos. En 2006, una reunión técnica ratificó un plan de compras masivas y de control de calidad de medicamentos e insumos. Se propuso, en este mismo año, la creación de la Comisión Técnica Subregional de Medicamentos, que funcionará en el ámbito de la Comisión de Integración Social Centroamericana (SISCA).
En 2007, los Ministerios de Salud de Centroamérica negociaron con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un Bien Público Regional para cubrir parte de la agenda de regulación de medicamentos en Centro América [3]. Esta operación, que se encuentra en ejecución por la SISCA, tiene como objetivos elaborar y acordar, entre los países de Centroamérica y la República Dominicana, normativas, procedimientos y estándares de control de calidad de los medicamentos, así como un marco regulador que permita la adquisición de medicamentos mediante procesos de negociación conjunta de precios y un suministro eficiente. Los componentes de esta operación son:
i) La armonización de la normativa de control de calidad,
ii) La elaboración de normativas y procedimientos de negociación conjunta de precios, y
iii) La capacitación de actores claves de los países beneficiarios en temas como control de calidad, gestión y planificación eficiente de suministros y mecanismos de negociación conjunta de precios para la adquisición de medicamentos, a través de la realización de cursos nacionales y/o regionales en temas como: buenas prácticas de producción de medicamentos, de pruebas de laboratorio y de elaboración de protocolos con la prescripción adecuada de medicamentos.
El proyecto del BID y su ejecución por la SISCA son un importante elemento para generar consenso y buenas prácticas que lleven a solución de los desafíos que enfrenta Centroamérica, mas no son suficientes. Es necesario garantizar otras instancias de coordinación que permitan no solamente en el ámbito de las autoridades económicas, sino también de las autoridades sanitarias y de la sociedad civil, el avance de las perspectivas de integración. La búsqueda de instrumentos para implementar los acuerdos realizados es una condición sine-qua-non para el suceso y de esto dependerá la búsqueda de fuentes de financiamiento presupuestarias y nacionales que garanticen las inversiones necesarias para implementar estas nuevas regulaciones. Organismos multilaterales de financiamiento como el Banco Mundial, el BID y otros podrán ser socios importantes en este proceso.
Referencias:
1. PNUD, Informe de Desarrollo Humano del 2004.
2. Según las bases de datos de la Organización Mundial de Salud.
3. Ver BID, RG-T1272, Protocolo Centroamericano de Control de Calidad y Adquisición de Medicamentos, Washington, DC, 2007.