Luz Helena Sánchez-Gómez LH, Yepes-Lujan FJ, Hernández-Flórez LJ
Rev. Gerenc. Polit. Salud 2014;13 (27)
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-70272014000200001&lng=en&nrm=iso&tlng=es
Conclusiones
El reporte de un número desproporcionado de efectos adversos posvacunales en más de 200 niñas del municipio de El Carmen de Bolívar, además de un número no determinado en otras ciudades del país, obliga a un estudio juicioso de todas las hipótesis plausibles antes de continuar con la aplicación masiva de la vacuna. Las reacciones posvacunales que se están reportando en Colombia hacen parte de un universo de daños que van desde un número desproporcionado de las reacciones esperadas que anuncia la farmacéutica productora del Gardasil, pasando por los casos, en estudio, de un número no determinado de niñas, cuya situación inmunológica y neurológica se encuentra comprometida después de la aplicación de la vacuna contra el vph.
La vacuna sí tiene que ver, es nuestra conclusión. A diferencia de lo manifestado categóricamente por la máxima autoridad sanitaria,2 a comienzos de septiembre del 2014, la vacuna aplicada en la forma masiva como se está haciendo, sin la suficiente información al país y sin claridad sobre los casos en estudio, debe ser repensada (12).
El campo sindromático presentado por las niñas que han reportado efectos adversos, diagnosticado por las autoridades sanitarias y algunas asociaciones científicas como reacciones conversivas o más recientemente “reacción psicógena masiva” es, aún si se descartara cualquier otra patología, un efecto posvacunal que amerita un enfoque integral. Este “evento” es un centinela de fallas importantes en la formulación, instalación y conducción de la campaña.
El modelamiento para el estudio de la relación costo-efectividad depende del perfil de la población seleccionada, de la prevalencia específica del vph, de la epidemiología del ccu, la carga de la enfermedad y el precio del biotecnológico, entre otras. Las tipologías y la epidemiología varían en los distintos países, grupos poblacionales y regiones, la deficiente información de base país en Colombia, es causa de supuestos basados en estadísticas globales que requieren verificación.
En un estudio sobre la prevalencia del vph en mujeres con cáncer de cérvix en Barranquilla y Bogotá (2), Murillo et al identificaron variaciones entre las dos ciudades y también diferencias significativas en la prevalencia del virus tanto por región como por edad.
A pesar de los pronunciamientos de la oms, los cdc, algunas sociedades científicas y el laboratorio productor sobre la seguridad de la vacuna, hay dudas razonables en contrario.
Reportes de la asociación de efectos adversos, fenómenos de vasculitis, posible desmielinización y diagnósticos de enfermedad auto-inmune después de la vacunación merecen un estudio riguroso (13). Anaya reporta el caso de tres niñas procedentes de El Carmen de Bolívar, quienes consultaron por efectos posvacunales al Instituto Crea de la Universidad del Rosario, las tres con diagnóstico de síndrome autoinmune inflamatorio desencadenado por adyuvante (asia, en su sigla en inglés). A su vez, Martínez reporta los resultados de aplicación de un cuestionario para dolor neuropático a 19 niñas de El Carmen de Bolívar (14).
A la fecha, un grupo de más de 100 niñas siguen consultando persistentemente por la misma sintomatología, algunas están siendo medicalizadas con el neuroléptico Sertralina. No se conoce el informe preliminar oficial del estudio de campo que realiza el ins. La Procuraduría General de la Nación ha hecho un requisitorio al Ministerio de Salud, la Superintendencia Nacional de Salud, el ins y el inc exigiendo información actualizada (15).
Se requiere el acopio de más casos y estudios a profundidad para poder llegar a una certidumbre (16). El número desproporcionado de reportes de efectos adversos posvacunales exige prudencia y un enfoque multidisciplinar antes de descartar cualquier hipótesis.
Finalmente, y no de menor importancia, la mayoría de estudios poblacionales sobre la seguridad de la vacuna han sido financiados por la industria farmacéutica. No siempre sus intereses coinciden con los de la salud de las poblaciones. Son de dominio público malas prácticas como la supervaloración de los efectos positivos y la subvaloración, ocultamiento, u omisión de efectos adversos (8).
Diversos analistas de la gobernanza de la salud pública mundial han planteado con insistencia su preocupación por la capacidad de cabildeo y de influir decisiones de política global en salud por parte de la industria farmacéutica y en general por el complejo médico industrial.
La mesa está servida para una amplia discusión y la búsqueda de consensos para un plan de acción que parta de entender este evento de salud pública a la luz de las múltiples determinaciones sociales, económicas y territoriales presentes en realidades concretas.